martes, 26 de junio de 2007

Humor y tontos graves. Perdón, dije tontos

Reírte de una caída es ridículo, no es bueno burlarse de la desgracia ajena, además refleja el miedo de tu propia caída”, “mariconear con tus amigos es tonto, insensible y básico, de hecho quizás escondes tu propia homosexualidad”. Con los argumentos “poco pillos” hay que hacer un razonamiento hasta llegar al absurdo.

Cuántas veces no nos han dicho cosas así, sí, esos mismos que se ríen de los chistes de tartamudos. Cuántas veces no nos tacharon de insensibles esos tontos graves, que obviamente tiene un doble estándar, ya que de otra manera no sé de qué se pueden reír: ¿Curaditos?, un clásico, también se puede ver que hay una insensibilidad enorme ahí, ya que el alcoholismo no es un tema para chistes. ¿Un tartamudo o un gangoso?, otro clásico, tampoco debiera ser carnavalizado, ya que si nos interiorizamos en la vida de esas personas, más nerviosas de lo normal y con muy baja autoestima, veremos que no es prudente hacer chistes con su lamentable discapacidad. ¿Las infidelidades?, material muy recurrente de chistes, tampoco es un tema liviano para reír, ya que para los que realmente viven infidelidades, no creo que el chiste les saque alguna carcajada. Así, hay una lista interminable de temas que, a pesar de ser muy chistosos, siempre atentan con la sensibilidad del “grupo” afectado. Lo entiendo, de hecho argumento al respecto porque lo comprendo, sin embargo, no sé entonces de qué nos podemos reír. Lo extraño aquí no es el tema del doble estándar, eso está más que asumido en nuestra ideasingracia nacional, el tema es, entonces qué cosas están autorizadas para poder reír, qué es humor y con qué cosas podemos llorar de la risa sin sentir culpa. Tal vez los chistes de animalitos son la clave (en general aluden a acciones humanas), estos chistes clásicos serían prudentes para poder reír, pero son prudentes porque estos últimos no saben que nos estamos riendo de ellos. Aunque pensándolo bien, si Green Peace lee esto quizás vele por sus intereses y los defienda. Si hablamos de los muy gordos o de los muy flacos, también no pueden ser objeto de siquiera un esbozo de risa, ya que nosotros no sabemos por todo lo que pasan esas personas de las cuales nosotros, en un acto primitivo, hacemos tallas. Obviando la clásica introducción “según la RAE”, igual podemos entender de qué se tratan los términos humor o humorada, conceptos que traen consigo la risa o el estar bien gracias a algo que nos pareció gracioso. Por lo tanto, según estos inquisidores del chiste, no nos podemos reír de nada. Quizás por ahí está el cliché que dice, “hay que reírse de uno mismo”, sin embargo, siguiendo con la tónica del análisis al absurdo que hemos hecho, tampoco es justo que nos riamos de nosotros, que nos pasemos a llevar a nosotros mismos resaltando nuestros defectos, siendo que tenemos que cuidarnos de no dañar en lo absoluto con nada a alguien de las características antes mencionadas, no puede ser que yo sí y los otros no.

Todo el análisis a fondo, al punto de llegar a lo ridículo, no es antojadizo, es sólo la herramienta que utilizamos para reírnos de los tontos graves, perdón, no quise decir tontos, hay mucha gente tonta que se puede dar por aludida y no es un tema chistoso. Si a ustedes, los tontos graves, les queda bueno el poncho, pónganselo.




Por José Morgado

viernes, 8 de junio de 2007

Declaración de principios del hombre renovación

El hombre renovación aún sigue en transición. Participa activamente de las acciones políticas de la nación y le encantaría poder llegar a la presidencia, para ese objetivo tiene una serie de medidas y posturas que se detallan a continuación.

Su vista está puesta en el futuro esplendoroso del país, la implementación de nuevas y mejores fuentes laborales, una calidad de vida material óptima, con más y mejores cupos en los créditos de nuestras apolilladas tarjetas. El hombre renovación quiere más salud, amononar las casitas sociales, por supuesto la implementación de un nuevo transporte público, una jubilación digna para todos, también para la dueña de casa, qué importa si al marido ni siquiera le alcanza para jubilar, ¡jubilación ahora! ¿No lo cree señora? Hágalo, pues un porcentaje del sueldo de su pareja irá directamente a las arcas de su fondo de ahorro, tendrá que ajustarse el cinturón para pasar al tres y al cuatro los próximos meses hasta cumplir los 65 años de edad, pero el futuro esplendoroso lo amerita, recuerde, tendrá sus propias cuarenta luquitas para darse esos lujitos de anciana.

El hombre renovación es un visionario, pero su futuro calza a estándares mucho más gigantescos de lo que normalmente se considera como futuro. Otra de sus aspiraciones es acabar con los flagelos que afectan a nuestra sociedad, el hombre renovación es un hombre comprometido con la realidad, el hombre renovación quiere más cárceles, más castigos, más carabineros, más vigilancia, más cámaras de seguridad. En el gobierno del hombre renovación los jóvenes tendrán un papel fundamental, por supuesto,luchará fervientemente contra el consumo de cualquier tipo de droga, por lo tanto las primeras medidas para combatir con este flagelo serán la inmediata reinstauración del programa Mekano, el aumento de horas al aire del programa Rojo, y el reemplazo de las noticias de las nueve por la edición central de SQP, así se “suavizará” la digestión de noticias negativas y los jóvenes se mantendrán ocupados, y al no sufrir por una realidad adversa del país, se distraerán, por lo tanto no se drogarán.

El hombre renovación tiene respuesta y solución para todo y todos, rebajará en un 10% los precios para viajar en avión a EE.UU. y Europa, aún no es posible firmar acuerdos con Latinoamérica, el hombre renovación cree que Chile es un país que se sitúa en los umbrales del desarrollo y debe codearse con los grandes, pero también quiere la integración latinoamericana, siempre que no perjudique con los intereses o el perfil del país.

Si le preguntan sobre el 11 de septiembre de 1973, el hombre renovación asegura que prefiere dar vuelta la página del pasado, para vivir un futuro luminoso, cree que la intervención militar era necesaria, por las colas y porque si no se hubiera hecho nada, estaríamos como Cuba, y no poseeríamos la libertad y calidad económica que nos otorga el compasivo Neoliberalismo, pero a pesar de esto, asegura que para el plebiscito del 89 él votó “NO”. Si le preguntan de derechos humanos, el hombre renovación insistirá en que se están haciendo los trámites respectivos acorde a las leyes, esto incluye la de amnistía. Aceptará que se cometieron excesos, pero eran necesarios ante la situación política de la nación, pero cree que es tiempo para borrar heridas, unirnos y avanzar, siempre en la buena onda y dinamismo que lo caracteriza, pero manteniendo sus posturas humanas y cristianas en alto, para que así todos juntos podamos llegar hacia la tan anhelada “renovación”.


Por Herman Villagrán