martes, 28 de octubre de 2008

Anulada Edición Nº26


PN: El gran triunfador de las municipales

Todos toman champaña, todos se sacan fotos, todos dicen que ganaron. Lo cierto es que a Pancho Vidal se le complicó el partido ,pues ganó a penas por penales, pero este encuentro no es el definitivo, la final de vuelta se juega el próximo año y los números de ambas coaliciones se estrechan.

Y es así como todos sacan cuentas positivas, menos Ravinet, que aún debe estar haciendo pucheros, y el Colorín Zaldivar que fue derrotado por los grandes (y verdaderos) vencedores de la jornada: los votos nulos. Sí, porque mientras todos centran sus miradas en Zalaquett, son escasos los análisis que existen para darse cuenta que los miembros sexuales masculinos y las frases de repudio aumentaron en casi un 140% desde la segunda vuelta de las presidenciales del 2006, donde se registraron 154.972 votos nulos.

El domingo el repudio por parte de la ciudadanía fue claro y aunque quieran quitarle la vista a los sufragios “que cuelgan” no pueden no sentirlos, porque la anulación subió a 397.233 votos para alcaldes (5,83%), y se elevó a más de medio millón de personas para los concejales (8,12%), ambos resultados superan al nuevo pacto Chile Cochino (o limpio, es casi lo mismo). Además hay que destacar que los nulos más los blancos superan al (ni) Juntos Podemos que después del pacto por omisión y las declaraciones de la nueva edil de Pedro Aguirre Cerda, Claudina Nuñez (PC), se podría decir que se unió "sigilosamente" a la Concertación.

Así que usted no le crea cuando dicen que RN ganó la batalla de los partidos, no, porque el más exitoso fue el partido anulador PN, que rechazó rotundamente un sistema electoral que no cambia nada e intenta afirmar que la única forma de participación política es el voto.

Después de estos resultados y el repudio hacia los políticos de nuestro país, sólo queda hacerse la pregunta más importante: ¿De donde cresta sacaron las champañas si había ley seca?
Por Herman Villagrán

martes, 14 de octubre de 2008

Edición Nº25: Ideasingracia no estaba muerta, estaba de parranda


Las municipales de la vergüenza

La vergüenza que sentimos hacia la politiquería que hoy existe no es nueva. Tampoco es nuevo que las ideologías sean lo menos importante a la hora de debatir un verdadero proyecto país. Sin embargo, lo que sí es nuevo, y que viene a sumarse a la lista de cosas deplorables que tenemos en nuestra paupérrima política, es que los candidatos a concejales y alcaldes están renegando sus partidos. Sí, llegó el glorioso día en que ellos mismos se avergüenzan de su labor, de sus inicios y de lo que representan. Es fácil por ahí ver las fotitos de los candidatos (con sus sonrisas que lo único que logran es más rabia) sin ningún signo que identifique el partido que representa. Ya no sabemos qué candidato es del Partido Socialista Capitalista, de la Democracia Anticristiana o de la Unión Demócrata Independiente (con esta sigla está demás una broma).
Y cómo no van a sentir vergüenza si, por ejemplo, la UDI financia campañas de seres como Pato Laguna (Estación Central) o el instructor de pelotón (Concón). O Renovación Nacional que en viña sale con slogan tan pintorescos como ridículos: “Un marino para viña. Naveguemos juntos”...no sé en qué cabeza puede caber la brillante idea de poner a un marino en política, ¡y ocupar su “profesión” como enganche publicitario!
Por otro lado, las únicas noticias acerca de estas municipales de la vergüenza son qué jingle es más “ingenioso”. Ricardo “Freddie Mercury” Jeldes encabeza la lista, siendo su estúpida y patética copia de “We are the champions” algo digno de ser portada de diarios. Da lo mismo qué porcentaje destine a educación, qué proyectos tiene para el desarrollo deportivo, u otras cosas tan poco importantes como esas...lo importante es su balada político pop.
Otra cosa curiosa: los “independientes”. Que concepto más insólito y paradójico, “hola, soy independiente, pero tengo un partido lleno de independientes que dependemos de una misma cabeza (Jaime Mulet). O Chile Primero (el partido político con menos historia y sentido que ha existido en nuestro país) que dice que no es ni de derecha ni de izquierda, pero sus concejales apoyan a los alcaldes de Renovación Nacional.
Como en otros temas, la Concertación no se queda atrás, ocupando el clásico, repetido, trillado y archi usado slogan de “Nuevos Vientos”. Lo único que logran es que, a parte de pensar que no invierten en creativos, sigamos consumiendo su mutado slogan de Chile, la Alegría ya viene, siendo que está claro que no llego, jamás pensó en venir y tampoco viene en camino.
Cómo no van a sentir vergüenza estos entes, cómo no se les va a dar plancha poner los loguitos de sus partidos si son capaces de hacer lo imposible: ir progresivamente involucionando. Al menos la vergüenza les llegó por fin a ellos.
Como dijo Bonvallet por ahí: ¡Patético hueón!


Por José Morgado

miércoles, 1 de octubre de 2008

Edición Nº24: Después de unas minivacaciones de 18

Nueva enfermedad: ¿Neoliberalismo socialista?

Según diagnóstico médico el libre mercado está enfermito. Si, tiene una gripe que se ha ido complicando con el pasar del tiempo, y su CASI perfecto cuerpo se ha visto perjudicado por una fuerte tos de créditos sin pagar y una fiebre que no se regula con la oferta y la demanda.

El modelo neoliberal necesita ir de urgencia a centro médico, pero para sorpresa de muchos no ingresará a una clínica privada (a pesar de haber sido el que transformó el derecho de la salud en un negocio), porque el CASI perfecto sistema económico se atiende en un hospital público. Suena increíble y contradictorio, pero es cierto, la economía neoliberal en sus crisis pide la urgente intervención del doctor Estado, para inyectar todo tipo de antibióticos con fuertes dosis de subvención y darle pastillas para reducir la inflación.

Cuando todo marcha bien los empresarios quieren ver a las políticas de gobierno lo más alejadas de sus negocios, pero todo se da vuelta con una simple gripe. Es la hipocresía de un diseño político que está fallando y por dentro, porque ya no le basta con las cirugías plásticas del doctor Vidal que lo estiran por fuera.
Y es que la abundancia de créditos y préstamos saturó el mercado, porque no se están pagando, las bolsas están cayendo y los bancos quebrando, pero no cantemos victoria antes de tiempo, porque el neoliberalismo aún no está en la UCI, no estamos presenciando la caída del Imperio romano, ni el muro de Berlín.

Lo que sí demuestra esta crisis financiera son las grandes fisuras que posee el neoliberalismo con sus créditos que en simple lógica serán imposibles de costear (para pagar uno se debe pedir otro), y además deja en claro que la oferta y la demanda no regulan el mercado por arte de magia, y no quiero ni pensar donde se van a meter la “mano invisible” los amantes de Adam Smith.
Por Herman Villagrán Valero