Feriado express, otro salvavidas del gobierno

La lentitud es una de las características más recurrentes a la hora de hablar del cuestionado Congreso nacional, aparte de la manoseada representatividad que ostenta, la baja asistencia a las sesiones, las abundantes dietas y viáticos parlamentarios, más una serie de temas que dejan mucho que desear en cuanto a la calidad de nuestros legisladores. Esta demora a las propuestas de ley ha sido justificada desde siempre a través del discurso de la gran responsabilidad que tiene el poder parlamentario con las leyes, lo que implica de manera inherente un retraso a las decisiones de diputados y senadores, y cómo no, el peso que cargan estos señores es gigantesco, eso explicaría la extrema tramitación en temas tan trascendentales como la jubilación de los chilenos, pues existe un problema latente con el sistema previsional, y a pesar de aquello resignadamente debe someterse a los estándares tortugas del congreso.

Todo sería tan coherente si para todos los proyectos que entran en la lentitud de la burocracia legislativa, existiera una clasificación equilibrada, o mejor dicho una clasificación de urgencia, que tenga una relación directa con la trascendencia de la ley en cuestión, porque no puede ser que proyectos estén con luz roja durante años y años, mientras el aumento del sueldo de diputados y senadores se aprobó en un día, pero qué contradicción más grande de estos señores responsables al atentar contra la histórica lentitud legislativa.

Ahora nuevamente estamos frente a una de estas contradicciones, a congreso casi lleno, la cámara de diputados aprobó la designación de feriado el 17 de septiembre de este año, para así extender el periodo de parranda a Chile entero, una propuesta que partió de diputados de oposición, y se contagió rápidamente hacia todos los demás parlamentarios, y como cualquier proyecto aprobado, posteriormente debe ser analizado por el senado, lo más probable es que se entregue el visto bueno para que todos podamos ingerir vino en grandes cantidades y bailar mucha cueca, cumbia o reggaeton, dependiendo de los gustos.

No hay nada de malo en decretar feriado el 17, lo malo está en que cómo es posible que para aprobar un festivo más, concurra la mayoría de los diputados, pero para hablar del aumento al miserable sueldo mínimo todos estos señores dan la espalda, dicen que ese tema “no se toca”, o que “eso si que es complejo”, o sea, hay progreso cuando se trata de poner feriados, de aumentar sus dietas, de legalizar la subcontratación, de implementar la ley antitabaco, pero en lo trascendente, o como diría un fachito conocido por todos, “los problemas reales de la gente”, no existe ningún avance.

Pero no quiero ser tan duro con el gobierno, después de tantas cagadas que se han mandado, la derecha sale con esta propuesta para continuar con su seudo acercamiento al pueblo, Piñera acaba de dejar el directorio de Lan Chile, cada vez más se consolida el discurso derecho-populista, y además sale a la luz pública la carta del ex ministro Espejo con la advertencia del fracaso del transantiago y se deja sin ninguna alternativa a los parlamentarios de la concertación, o votan por el feriado o siguen dándole en bandeja de plata la banda presidencial al multimillonario.

La gente está podrida señores, y por ahora claro que quieren un respiro, distraerse y disfrutar de un buen 18, pero de vuelta de esas mini vacaciones todo seguirá igual, en el congreso se continuará con la conocida demora en las leyes sociales, con las comisiones para esto y comisiones para hacer comisiones, y todo volverá a la normalidad. Ahora si se trata de cambiar cagadas por festivos, vuelvan en marzo.

Por Herman Villagrán Valero