domingo, 30 de marzo de 2008

Pongámonos de acuerdo

“Que el estado no se meta en la economía, la oferta y demanda debe regular todo”. Cuántas veces no hemos oído eso de las bocas liberales del sector empresarial, en cuántas ocasiones han desacreditado la inclusión del estado en la economía porque atenta con la “libertad” de comercio, pseudo libertad que analizaremos más adelante. Sin embargo, por otro lado, cuántas veces hemos oído también que el estado debe regular y ayudar cuando hay desbarajustes en el precio del dólar (algo “regulado” por su Dios Ofertaydemanda), o en cuántas ocasiones no hemos escuchado a los empresarios exigir al estado que disponga de todo, gastando de su dinero y disponiendo de sus trabajadores para que el privado aumente su billetera. Aquí viene el argumento de que el privado hace casi una labor social al contratar a mucha gente y que por eso el estado debe apoyar. Lamentablemente olvidan que no hacen una ayuda social, si no que necesitan a los trabajadores para ganar más, un olvido raro, de esos que hablan de que “no es cierto, y si fuera cierto...no me acuerdo”. La pasada edición de la mítica revista Análisis denominó esta dicotomía como los contrasentidos de la modernidad, contradicción que obviamente tiene un solo ganador, vencedor que ni siquiera es el empresario pequeño, sino los pezzonovantes dueños de Chile.

Con la “ayuda” que dio el gobierno en la bencina pudimos ver un ejemplo más de esta situación inverosímil pero cierta, los dueños de las bencineras simplemente se demoraron en bajarla porque en libertad decide el empresario, la Presidenta, de forma penosa, debió abogar por la buena voluntad de quien por naturaleza jamás en su vida ha tenido conciencia. La situación es paradojal, la Concertación, fiel representante del modelo neo liberal, eterno buscador de TLCs y seco para alejarse cada vez más de un Estado con peso, alega contra la desfachatez de parte de los empresarios al ocupar las atribuciones que ellos mismos les dan. El filósofo austriaco Karl Popper hacía una observación bastante acertada acerca de la manoseada palabra libertad: “la libertad, si es ilimitada, se anula a sí misma. La libertad ilimitada significa que un individuo vigoroso es libre de asaltar a otro débil y de privarlo de su libertad”...cualquier coincidencia con la situación actual de nuestro país es sólo coincidencia.
El problema se extiende también a la esfera exportadora, ahora todos alegan que el dólar está muy bajo y que el Estado debe mediar, pero cómo va a regular si su rol es dejar las mejores condiciones para que el Dios Ofertaydemanda pueda actuar con las mayores libertades posibles. Tengo claro que en el sector exportador hay muchos pequeños empresarios (o pymes como les gusta decir a los políticos-empresarios), pero también hay peces gordos que han lucrado siempre con este sistema, que han luchado para que el gobierno no se meta en nada, y ahora que la billetera les deja unos dólares menos, les viene el discurso de Estado benefactor.

Simplemente pido dos cosas: no le pidamos regulación a quien sólo sabe dar licencias y que de una vez por todas nos pongamos de acuerdo en el tema económico.

Por José Morgado, 2.0