Desdicha en cheque a corto plazo

Se ha hablado mucho de la generación que vivió la represión de la dictadura, la cual bajo el miedo de los allanamientos, los toques de queda, los exilios y los asesinatos a granel no pudieron crecer como cualquier niño normal, creando serios trastornos sicológicos en su desarrollo. Pero eso no fue todo lo que dejó el hijo de su madre del fallecido general, quedaba una colita de su hedor a mierda en pañal de adulto, ya que bajo su modelo neo liberal, estudiado por los Chicago Boys, explotó al máximo el famoso sistema de créditos, aplicándolos en esta generación ya mencionada. El cuento sigue así, esta generación engendró hijos que día a día ven como todos sus problemas son debido a deudas, deudas y más deudas. Si quiero estudiar (algo que en un pasado, no tan lejano como se cree, fue un derecho), pago un palo mensual inversamente proporcional al sueldo mínimo (sueldo mínimo, jamás respetado, =135 mil, carrera = TODAS arriba de los 150 mil), además no vivo al lado de la universidad, obvio, y debo pagar pasaje todos los días, esperando, además, que el chofer se apiade de mi persona y me reciba el pase. Pero esto sigue: si quiero bañarme debo pagar un gas carísimo, un servicio de agua que cobra lo que quiere y para relajarme un poco prendo la televisión o llamo a alguien por teléfono, para notar que a fin de mes la cuenta telefónica señala llamadas a gente que nadie conoce, ¡¿A quién chucha conozco en Antofagasta?!, mostrando números más truchos que las AFP. Y mejor ni hacer menciones honrosas a los cambios de fondo que a propuesto la concertación, iguales a cero. Al final hasta para prender la radio tengo remordimiento.

Lo único que lograran los inversionistas que nos cuentan como un numerito más para sus mierdas de encuestas, más chantas que las propuestas de Andrés Velasco, es que esta generación, la nuestra, no quiera ni siquiera prender la tele para evitar gastos, por que rememorará todo lo que generan las deudas. Y para que hablar de pedir créditos o préstamos, que se supone son para “surgir”, para “emprender” (las PYMES, palabra que aman los politicuchos), si el sólo hecho de escuchar esa palabra ya nos dan náuseas. En difinitiva, aunque suene cliché hippie, prefiero vivir desacomodado y con mierdas de elementos materiales, antes que entrar en el juego del capitalismo que tanto daño a hecho en nuestras familias y en nuestras mentes.

Por José Morgado