jueves, 10 de mayo de 2007

Sí que somos campeones mundiales

El ministro Cortázar cifró en 30 millones de dólares el déficit económico que dejó el transantiago durante el mes de abril, principalmente producto de la evasión al pago del pasaje, claro, la gente se está apretando clandestinamente por las puertas traseras de las micros, los colados en cantidades enormes se filtran por recónditos lugares con tal de ahorrarse esos valiosos pesos.

Si en el mundo se premiara el aprovecharse de momentos precisos para obtener beneficios propios, los chilenos, sin lugar a dudas, estaríamos en el podium, porque cada oportunidad que se nos presenta se recibe como si fuera la última, sabemos ciertamente del daño y la pérdida que estamos causando, pero hay una pequeña cuota de satisfacción que permanece en nuestro interior.

Ese depredador atento a atacar en cualquier momento se personifica diariamente en distintos ámbitos de nuestra vida, para adentrarnos a este tema sólo cabe recordar la connotada vieja de la mesa que disfrutó de sus 15 minutos de fama durante las movilizaciones estudiantiles del pasado año, por lo tanto la situación que se vive hoy con el transantiago no es una mera coincidencia, si no que responde a un extenso currículum que se desarrolla a lo largo de nuestra historia y de la independencia como país.

Creo firmemente que estas prácticas truchas se aplican desde que uno tiene noción de las cosas, cuando pequeño y existe la posibilidad de poseer cosas en forma gratuita, como globos, o las famosas cajas sorpresa, con las figuras de plástico en su misterioso interior, es posible encontrarse con el agente que pretende apoderarse de más de una sorpresa para ostentar de aquel maravilloso deleite. O cuando se reparten dulces, todos hacen lo posible y lo imposible por conseguir la mayor cantidad de caramelos, por supuesto que el balance son caries seguras por los próximos dos meses.

Lo más extraño de estos actos, es que son verdaderas pequeñeces, a veces ni siquiera se notan, pensar simplemente en el trabajo, ya es descubrir miles de estos mini delitos, como la sustracción de hojas de oficio, clips, pegamento, gomas, lápices, gorros, poleras, encendedores, estuches, mochilas todos con logotipos de la pega, y un sinnúmero de muchos otros extravagantes y raros artículos que al final no son de mucha utilidad, además para qué mierda se necesita tantos.

Es tan normal de nosotros la conducta del “caga no mas”, es tan chilena, tan nuestra que la proyectamos, la adoptamos como uno de los tantos juegos típicos chilenos, como el emboque, la rayuela y el volantín. Es uno de nuestros pocos comunes denominadores que forman parte de nuestra desconocida pero innegable idiosincrasia.

Realmente todos creemos que esas pequeñas oportunidades cumplen con nuestra dulce venganza, pues tantas veces que los profes nos han partido, los jefes nos han cagado, las empresas con los altos precios, el impuesto a todo más si se trata de la cultura, los libros, la música, los juguetes, la ropa, los útiles escolares, la comida, el copete, la bencina y tanta mierda más que nos siguen metiendo y cagando unos pocos señores de infladas billeteras importadas.

Por todos estos martirios, pensamos que los cagamos de vuelta, pero creo que verdaderamente nos estamos cagando entre nosotros. En el banco, en el supermercado y en cualquier otro negocio, si a la hora de pagar nos damos cuenta que salimos ganando y nos llevamos a casa más dinero del presupuestado o simplemente nos estamos llevando cosas gratis, por un descuido del vendedor, después de llegar a nuestro hogar y sentarnos en nuestro sillón de pensar, afirmamos que le devolvimos la mano a los mismos que nos estafan a diario y claro, se presenta la cuota de satisfacción: “al que me está jodiendo la vida, yo se la jodí un milímetro”, pero que equivocados estamos, porque al que realmente cagamos fue al cajero o la persona encargada de vendernos lo que queríamos, y a él es a quien le descontarán de su sueldo (acorde al de la mayoría), lo que no pagamos nosotros y llegará a su casa con un enorme odio, que servirá para perfeccionar su afán de cagar, y así la rueda seguirá girando y se sigue con el transantiago, con el estado y con todos.




Por Herman Villagrán

4 comentarios:

Unknown dijo...

En verdad, todo esto es algo reciproco, en este pais arrendamos por vivir, si lo unico que falta es pagar ml de oxigeno consumido, si pagamos hasta el agua... el agua... y ni siquiera a chilenos, si no a viles españoles... Si fueramos todos honestos y no trataramos de cagar al de arriba, el de arriba no le interesaria dejar de cagarnos.
La unica forma de llegar a un fin bueno, es que las empresas tengan "responsabilidad social empresarial".... averigua tu lo que es esto...

Danay... cuidate negro

Anónimo dijo...

jajaja
la ley del si te ca9o, te ca9o!!
di9anme qien no la ha hecho al9una vez en su vida
es al9o como q viene en el codi9o 9enetico
sacamos toda la inteli9encia de chilenos
en in9eniersela en como ca9ar al de al lado
no qero decir q esto sea correcto
moralmente hablando
pero socialmente es bien aceptado
si no ca9as te ca9an esa es la idea??
notese
q los de arriba
poseen mas sabiduria
con respecto a esta ley
del si te ca9o, te ca9o
saben decidir
el cuando como y donde ca9arte

Anónimo dijo...

negro culiao la wea larga......pero la lei toa porke kiero ganarme una wea a fin de año como lector mas fiel......en fin.....mmmmmm cagar.....weno negro todo lo ke deci creo ke es verdad soy uno de los tantos chilenos porke te acordai el famoso gorro ke me pele de la sala y ke use todo cuarto pa ocultar la melena.....cague a otro jaja....lo admito....en fin shua y escribe weas mas cortas.....

ya chao

y cuidate porke moriras pa tu cumple numero 17 XD

Anónimo dijo...

Compas, resulta que recibí algo en mi blog, y no es que los quiera increpar, sino más bien decirles que opinar es una necesidad, pero no necesito un blog para hacerlo, ni menos necesito estamparle mi firma, pues yo, al menos yo firmo por conjuntos, no por partes separadas (no soy yo, somos nosotros, o sea, la diferencia entre individuo y sujeto). Resulta que creo que todo debe tener una utilidad, y mi humilde opinión es que mi opinión personal no tiene demasiada utilidad si se queda tan sólo en eso: una opinión. Si me paso la vida opinando me transformaré en un opinólogo, en cambio si pongo en practica esa opinión que distinto sería todo...a eso me refiero en el blog, y si, la contradicción es la base del desarrollo, eso es dialéctica. La contradicción es buena en la medida que descubramos su síntesis, y eso es lo que hoy nadie hace, porque nadie piensa de forma dialéctica, más bien sólo dicen hacerlo.

"ese estrecho márgen entre decir y hacer hace la diferencia entre un investigador y un opinólogo"

saludos fraternales compas